19 de agosto de 2015

Guadalquivir en kayak de travesía

 Corría el año 2006 cuando Rodri me propuso descender el Guadalquivir desde Sevilla hasta su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda, me respuesta fue clara y rápida, si. Primero de mayo, disponíamos de casi tres días. Buen clima por estos lares lo cual avivaba la población de mosquitos.

 Para evitar tomar la exclusa de Sevilla zarpamos desde Coria, nos esperaban unos 70 kms de río. Teníamos tiempo de sobra, pensamos pasar un par de noches en la rivera. Con lo que no habíamos contado era con el efecto de las mareas del mar y es que cuando la marea sube...sube hasta Sevilla, haciendo casi imposible la acción de remar, íbamos contra corriente y es que subía con tal fuerza que apenas avanzábamos un metro por paleada. Le cogimos el ritmo a la marea y solo remamos cuando bajaba.

 El Guadalquivir, un río con historia, el río andaluz. Pero he de decir que el último tramo no es que sea algo espectacular. Más allá de sus orillas la vista no alcanza nada y es que sus alrededores son llanos, como corresponde al inminente fin de un gran río. El agua es muy turbia,las mareas levantan el fondo, a veces tiene anchuras superiores al kilómetro, así que juncos y fango hasta el final. Algunas arboledas en las que aprovechamos para refugiarnos del sol. eso sí, lleno de vida.

 Ya hace años de esto y nuestra técnica fotográfica dejaba mucho que desear pero será suficiente para este relato.














Espectacular ver un barco de estas dimensiones río arriba



El Parque Nacional de Doñana nos acompaña en la orilla oeste los últimos kilómetros